¿Cuántas personas hay en el mundo que desconocen al Dios de
los cielos, al Creador y Soberano del Universo? Amigo, Dios no necesita de argumentos para existir. Existe, y esta por encima
de las dudas e incredulidad, sin embargo se preocupa de ti.
ILUSTRACIÓN: Dos viajeros iban por el desierto; uno era ateo
y el otro cristiano. Discutían sobre la existencia de Dios, y el cristiano no
podía contrarrestar los argumentos del incrédulo. Pasaron la noche en un lugar.
Al día siguiente el incrédulo dijo: -Oye, pasó por aquí un camello anoche.
El cristiano le preguntó: - ¿Tu lo viste?- No-
¿Tu lo tocaste? – No ¿Tu lo sentiste? –No.
Entonces, ¿por qué aseguras que pasó un
camello?- Porque veo las huellas que dejó sobre la arena.- Así me pasa a mí-
dijo el cristiano-. No he visto a Dios cara a cara, pero continuamente veo sus
huellas que hablan de su existencia.
Todo hijo de
Dios vive con las ventanas del
alma abiertas hacia el cielo.Vive en comunicación con Cristo a través de la
oración, del estudio de la Biblia, de la meditación y reflexión . Sabe que Dios
existe, que cada alma es de gran valor ante los ojos del Padre Celestial. Si
Dios cuida de las avecillas y las protege, ¿no tendrá mucho más amor y cuidado
hacia los seres humanos, criaturas formadas a su imagen?
Cada día tenemos la oportunidad de reconocer que en el cielo
se encuentra Dios y que está al pendiente de cada respiración, de cada alegría
pero también de cada tristeza que le acontece a sus criaturas. La invitación es
clara: "Miradme a mí, y sed salvos, todos los términos de la tierra;
porque Yo Soy Dios, y no existe ningún otro.” Isaías 45:22
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