Ya la ha llevado por una milla- insistió el soldado- bájela, yo la puedo llevar ahora.
-No quiero bajarla- replicó el anciano- Déjeme explicarle. La primera milla es una obligación con mi país, pero si quiero servirle realmente tengo que ir más allá de mi deber. Por esto quiero seguir una segunda milla.
Amigos, la generosidad ( liberalidad) es como la marea que eleva y lleva a los barcos, todos se benefician de ella. Un espíritu caritativo no es una opción, sino un mandato.
El apóstol Pablo, en su ministerio entre las iglesias, era incansable en sus esfuerzos por inspirar en los corazones de los nuevos conversos un deseo de hacer grandes cosas por la causa de Dios. Y es por eso que a menudo los exhortaba a ejercer la liberalidad. Nosotros debemos de recordar que somos hijos de un Dios liberal , que nos ofrece múltiples bendiciones sin merecerlas, y que en Jesús se derramó todo el cielo en este don para la humanidad.
Un pensamiento inspirado dice: Y tenemos diferentes dones según la gracia … el que exhorta, en animar, el que reparte, hágalo generosamente, el que preside con solicitud; el que hace misericordia con alegría.” Romanos 12:8
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