La batalla de Waterloo es una de las más decisivas de la historia. Los dos generales enfrentados fueron el duque de Wellington, que comandaba los ejércitos ingleses, y Napoleón Bonaparte, que dirigía a los franceses. El pueblo de Inglaterra esperaba con ansiedad las noticias de la batalla, las cuales fueron enviadas por un barco a la costa sur de Inglaterra y transmitidas mediante señales de luz a la torre de la catedral de Winchester, y desde allí fueron enviadas por el mismo método a Londres.
El mensaje comenzó a llegar lentamente a Londres:
W-E-L-L-I-N-G-T-O-N-D-E-R-R-O-T-A
En este momento una densa neblina impidió que se recibiera más información. Este mensaje incompleto llegó a Londres. El pueblo quedó muy confundido y comenzó a prepararse para defender al país contra los franceses; pero la neblina se levantó y las señales comenzaron a llegar de nuevo.
Ya podrás imaginarte la emoción que hubo cuando se recibió el mensaje completo:
W-E-L-L-I-N-G-T-O-N-D-E-R-R-O-T-A-A-L-E-N-E-M-I-G-O
Después de su crucifixión de Jesús, sus seguidores se sintieron totalmente indefensos. Como no habían entendido completamente su misión, el mensaje que parecían recibir de la cruz era:
J-E-S-U-S-D-E-R-R-O-T-A
No hay duda de que así se sintieron durante el sábado que Jesús descansó en la tumba. Sin embargo, en la mañana del domingo, un terremoto anunció que el mensaje estaba incompleto. Un ángel, cuya apariencia se describe "como un relámpago, y su vestido blanco como la nieve", se apareció a las mujeres que habían venido a la tumba, y les dio el mensaje completo:
J-E-S-U-S-D-E-R-R-O-T-A-L-A-M-U-E-R-T-E.
Luego se les ordenó que fueran pronto y dijeran a los discípulos que Jesús había resucitado.
Nosotros debemos ir "pronto" a decir a nuestros vecinos, familiares y amigos que Jesús se levantó de la tumba y desea encontrarse con ellos en las nubes de los cielos.
Principio:
"Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de
la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el
oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios."(Heb. 12: 2.)
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