Seguidores

jueves, 21 de febrero de 2013

Lo que más teme el enemigo

El enemigo puede ridiculizar nuestros mejores esfuerzos y puede incluso burlarse de nuestra sabiduría, pero tiembla cuando oramos.

Un buen ejemplo de lo que ocurre cuando un cristiano ora lo encontramos en la historia de John Knox, el campeón de la Reforma en Escocia. Las oraciones de Knox no sólo hacían temblar al diablo, sino también a los gobernantes de su tiempo. De hecho se cuenta que Mary Stuart, la reina de Escocia, llegó a decir: "Temo a las oraciones de John Knox más que a un ejército de diez mil hombres"
¿De dónde obtuvo Knox semejante fuerza espiritual? De su comunión diaria con Dios, Knox no solo oraba por él, sino que también intercedía por sus feligreses y por su querida patria. Su constante plegaria era: "Oh, Dios, dame a Escocia, o me muero". Y Dios le dio a Escocia, porque una vez que ahí se encendió la luz del evangelio de Jesucristo, ya nunca se apagó.
Se cuenta que en una ocasión la misma reina, Mary Stuart, lo culpó de hereje, por enseñar al pueblo a obedecer a Dios antes que a los gobernantes. ¿Cuál fue la respuesta de Knox? "Si toda la simiente de Abraham- dijo- hubiera sido de la religión del faraón del cual fueron súbditos por largo tiempo, le pregunto, señora, ¿qué religión habría hoy en el mundo? Y si en los días de los apóstoles todos hubieran sido de la religión de los emperadores de Roma, dígame, señora, ¿qué religión había en el mundo?

Así que, ¿quieres disfrutar de una vida cristiana poderosa, como el sol del mediodía; refrescante, como la brisa de la mañana? Entonces aparta cada día unos minutos para hablar con Jesús. Haz una cita con Él cada mañana. Ábrele tu corazón y confíale tus temores, tus planes, tus esperanzas. Él estará ahí, sin falta; porque además de tu Salvador, es también tu mejor amigo.

PROMESA:
"Resistan al diablo, y este huirá de ustedes. Acérquense a Dios, y Él se acercará a ustedes". Santiago 4:7,8

martes, 19 de febrero de 2013

El mensaje ...completo.

La batalla de Waterloo es una de las más decisivas de la historia. Los dos generales enfrentados fueron el duque de Wellington, que comandaba los ejércitos ingleses, y Napoleón Bonaparte, que dirigía a los franceses. El pueblo de Inglaterra esperaba con ansiedad las noticias de la batalla, las cuales fueron enviadas por un barco a la costa sur de Inglaterra y transmitidas mediante señales de luz a la torre de la catedral de Winchester, y desde allí fueron enviadas por el mismo método a Londres.

El mensaje comenzó a llegar lentamente a Londres: W-E-L-L-I-N-G-T-O-N-D-E-R-R-O-T-A

En este momento una densa neblina impidió que se recibiera más información. Este mensaje incompleto llegó a Londres. El pueblo quedó muy confundido y comenzó a prepararse para defender al país contra los franceses; pero la neblina se levantó y las señales comenzaron a llegar de nuevo.


Ya podrás imaginarte la emoción que hubo cuando se recibió el mensaje completo:
W-E-L-L-I-N-G-T-O-N-D-E-R-R-O-T-A-A-L-E-N-E-M-I-G-O

Después de su crucifixión de Jesús, sus seguidores se sintieron totalmente indefensos. Como no habían entendido completamente su misión, el mensaje que parecían recibir de la cruz era:
J-E-S-U-S-D-E-R-R-O-T-A

No hay duda de que así se sintieron durante el sábado que Jesús descansó en la tumba. Sin embargo, en la mañana del domingo, un terremoto anunció que el mensaje estaba incompleto. Un ángel, cuya apariencia se describe "como un relámpago, y su vestido blanco como la nieve", se apareció a las mujeres que habían venido a la tumba, y les dio el mensaje completo:
J-E-S-U-S-D-E-R-R-O-T-A-L-A-M-U-E-R-T-E.
Luego se les ordenó que fueran pronto y dijeran a los discípulos que Jesús había resucitado. Nosotros debemos ir "pronto" a decir a nuestros vecinos, familiares y amigos que Jesús se levantó de la tumba y desea encontrarse con ellos en las nubes de los cielos.

Principio:
"Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios."(Heb. 12: 2.)

sábado, 16 de febrero de 2013

La arena y la roca

Dos amigos caminaban por la orilla de la playa cuando, de pronto, comenzaron a discutir. La discusión se volvió tan acalorada que uno le dio una bofetada al otro. Sin decir una palabra, el que había sido golpeado en el rostro escribió en la arena : "Hoy mi amigo me dio una bofetada".


Mas tarde ese mismo día los dos amigos se estaban bañando en la playa. Uno de ellos, el mismo que había sido golpeado, nadaba en aguas profundas cuando, de pronto, comenzó a ahogarse. Sin pérdida de tiempo, olvidando la rencilla que los había separado, su amigo nadó con todas sus fuerzas y logró rescatarlo. Después de haber recuperado sus energías y agradecido a su amigo por lo que había hecho, el joven rescatado escribió en una gran piedra: "Hoy mi amigo me salvó la vida".


Al observar esto, su amigo le dijo, curioso:
-Después que te golpeé, escribiste en la arena. Ahora que te salvé, escribiste en una roca. ¿Por qué?
-Cuando un amigo nos hiere- respondió el joven- tenemos que escribir la ofensa en la arena, para que los vientos del olvido borren ese ingrato recuerdo.
Pero cuando un amigo bendice nuestra vida tenemos que grabar su acción en la piedra, de modo que ningún viento, por fuerte que sea, pueda borrar jamás lo que ha hecho por nosotros.

¿Dónde estás escribiendo las ofensas que te han hecho tus seres queridos? ¿Por cuanto tiempo esos recuerdos van a herir tu corazón? ¿ Dónde estás registrando lo que esas mismas personas, u otras cercanas han hecho por ti? ¿Les has dicho lo mucho que agradeces ese favor, esa bendición?

Quiera Dios que, a partir de hoy mismo, escribas las ofensas de tus mejores amigos en la arena; y sus bendiciones, en la roca.

Promesa:
"Que la paz de Cristo reine en sus corazones porque con este propósito los llamó Dios a formar un solo cuerpo. Y sean agradecidos." (Colosenses 3:15)

martes, 12 de febrero de 2013

El ruido de la carreta


Se cuenta que un joven caminaba con su padre cuando se detuvieron en una curva. Después de un pequeño silencio, el padre preguntó al hijo:
- Además del canto de los pájaros, ¿escuchas algo más?
Durante algunos segundos el muchacho se concentró en los ruidos del ambiente y luego respondió:
-Estoy escuchando el ruido de una carreta.
-Correcto- dijo el padre-. Es una carreta vacía.
-¿Cómo sabes que está vacía, si no la estás viendo?- preguntó el joven.
-Es muy fácil saberlo. Cuando una carreta está vacía hace mucho ruido. Y cuanto más vacía está, tanto mayor es el ruido que hace.

Quizá no hay mejor ejemplo de la "carreta vacía" que el de los líderes religiosos del tiempo de Cristo. A ellos sí les gustaba hacer ruido. Cuando ayudaban a un necesitado, lo publicaban a los cuatro vientos. Les gustaban las oraciones largas y en público, para que la gente los viera. Leamos la historia bíblica:

[Mateo 6:2-8
Cuando, pues, des limosna, no hagas tocar trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser alabados por los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa.
 Mas cuando tú des limosna, no sepa tu izquierda lo que hace tu derecha,
  para que sea tu limosna en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.
 Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa.
 Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.
 Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos.
 No os hagáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis.]

Por lo tanto, que tu mayor anhelo sea ser semejante en carácter a Jesús. Y tu mayor gloria, vivir para alabarlo.

PRINCIPIO:
Viva mi alma y te alabe,Y tus juicios me ayuden. (Salmo 119:175)

sábado, 9 de febrero de 2013

Enciende una luz.

Enciende una luz. Eso fue lo que hicieron los cristianos en Rumania, cuando sus libertades civiles y religiosas fueron suspendidas bajo el régimen de Nicolae Ceausescu. Este impecable dictador estableció un férreo sistema de censura que controlaba incluso lo que se predicaba en los templos.
Bajo estas circunstancias era virtualmente imposible cumplir la misión de la iglesia. Hasta que apareció en el panorama un sencillo pastor con las agallas suficientes para denunciar la opresión que sufría el pueblo rumano. Su nombre: Laszlo Tokes. Bajo su liderazgo, una modesta iglesia, integrada mayormente por ancianos, creció de manera asombrosa hasta alcanzar los 5 mil miembros, !en apenas 2 años!
La reacción del régimen no se hizo esperar. Lo amenazaron. Le prohibieron comprar alimentos, le cortaron la línea telefónica y le dieron una fecha para salir del país.
En el día fijado para la expulsión del pastor Tokes, la policía lo fue a buscar a su iglesia, pero allí se toparon con una muralla humana. Miles de cristianos, tomados de la mano, cantaban: "Somos uno en Cristo". Cuando llegó la noche, una multitud con velas encendidas rodeó la iglesia.
Cuando amaneció, el número de personas había aumentado. Al ver que la situación se les iba de las manos, los policías entraron a la iglesia, pero no encontraron a Tokes. Entonces abrieron fuego contra la multitud. Grave error. La protesta se extendió a otras partes del país. A los pocos días, el sangriento régimen llegara a su fin.
¿Cómo logró Tokes motivar a sus feligreses? Les predicó que cada uno debía brillar para Cristo. Y brillaron. Entre ellos estuvo Daniel Gavra, un joven que perdió una pierna como consecuencia de una bala que lo alcanzó durante la protesta. Cuando su pastor lo fué a visitar al hospital, Daniel simplemente dijo: "No lamento haber perdido la pierna. A fin de cuentas, fui yo quien encendió la primavera vela esa noche".

Y tu ¿brillarás hoy para Cristo?

PRINCIPIO:
 "Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder". Mateo 5:14

jueves, 7 de febrero de 2013

El guardian de los arroyos


Cuenta Peter Marshall, ex capellán del Senado de los Estados Unidos, que hace muchos años vivía en las montañas de los Alpes "El guardián de los arroyos". Nadie lo veía trabajar, pero los habitantes del pueblo sabían que bebían agua limpia gracias a él. Todos los días limpiaba las cabeceras de las fuentes de agua de las hojas y de las ramas que caían de los árboles.
Cierto día se reunió la Junta Municipal para estudiar el presupuesto del siguiente año. Al revisar los gastos para mantenimiento vieron una partida asignada al "guardián de los arroyos".
-¿Quién ha visto a este "guardián de los arroyos"?- preguntó alguien.
-Parece que estamos regalando ese dinero- dijo otro.
Al final decidieron sacarlos del presupuesto. Y nadie lo echó de menos...hasta que las hojas y las pequeñas ramas de los árboles comenzaron a caer. Poco a poco la basura se acumuló en tal cantidad en las cabeceras de los arroyuelos, que en cuestión de unas pocas semanas el agua comenzó a mostrar un color amarillento. Días mas tarde se tornó oscura. Entonces la gente comenzó a enfermarse.

Alarmados, los miembros de la Junta Municipal volvieron a reunirse. ¿Qué estaba causando esta calamidad? Era el agua. Después de examinar la situación, decidieron reincorporar al fiel trabajador. En cuestión de semanas, los habitantes del pueblo disfrutaron una vez más de las cristalinas aguas de sus arroyos.

En este mundo estamos para cumplir una misión aún más importante que la de cuidar de las fuentes de agua. Hoy Dios cuenta contigo para que seas un guarda, un centinela, de los principios de Su Santa Palabra. Cuenta contigo para que seas su representante dondequiera que estés.

Cuando día tras día, silenciosamente, cuidas de tu mente y de tu cuerpo, cuando resistes con firmeza la presión social de hacer lo malo, cuando vives una vida íntegra, entonces, al igual que el "guardián de los arroyos", te conviertes en una bendición para los demás.

PRINCIPIO:
"Pues a ti... yo te he puesto como centinela." (Ezequiel 33:7)

lunes, 4 de febrero de 2013

El mejor paisaje del mundo...


Un escritor y conferencista norteamericano, estaba un día con un amigo chino frente al Templo de la Sabiduría en la ciudad prohibída de Pekín. Mientras admiraban el hermoso edificio, el amigo chino le preguntó:
- ¿cuál es la vista más hermosa de todo el mundo? El escritor pensó que su amigo se refería a los templos, y le respondió:
- El Taj Majal, en la India; la catedral de Notre Dame en París; la catedral de San Pedro, en Roma...
-No, no me refiero a templos- le interrumpió el chino. No son los espectáculos más hermosos.
- ¿Entonces se refiere usted a los hermosos atardeceres y amaneceres?
-No, tampoco.
-¿Se refiere entonces usted a una mujer hermosa?
-No, no- respondió el chino. Hay damas hermosas, pero no son lo más hermoso que hay en el mundo.
-Bueno- le respondió el escritor-, parece que usted se refiere a las escenas naturales: el río Yangtzé, el monte Everest, el Gran Cañón del Colorado...
-No, tampoco- insistió el amigo chino.
-Bueno, entonces me rindo- dijo el escritor con una sonrisa-. Dígame cuál es el espectáculo más hermoso del mundo.
-Confucio, nuestro filósofo- explicó el amigo chino-, dice que el espectáculo más hermoso de todo el mundo es ver a un niño pequeño que avanza confiadamente después de que usted le ha mostrado el camino.

PROMESA :
Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar;Sobre ti fijaré mis ojos. (Salmo 32:8)